En lo profundo de la mitad de los lóbulos frontales del cerebro, hay un área fascinante llamada circunvolución del cíngulo, un poco complicada de pronunciar, así que la llamaremos CDC.
Las áreas circundantes del CDC y los lóbulos frontales están involucrados en el cambio de nuestra atención de una cosa a otra, de una idea a otra y de un tema a otro. Cuando esta parte del cerebro trabaja demasiado, a menudo debido a los bajos niveles de serotonina en el cerebro, tenemos una tendencia a quedar atrapados en pensamientos o comportamientos negativos y por lo tanto, hay problemas para ver las opciones en las distintas situaciones.
La optimización de esta parte de la mente consiste en entrenar al cerebro para ser más flexible, tener más opciones y nuevas ideas. A esto le llamo yo, flexibilidad cognitiva. La flexibilidad cognitiva define la habilidad de las personas para adaptarse a los cambios, navegar con la corriente y enfrentar con éxito los problemas.
Muchas situaciones de la vida exigen flexibilidad cognitiva. Por ejemplo, cuando se inicia un nuevo trabajo, para aprender el nuevo sistema de hacer las cosas. Los estudiantes en la escuela, con el fin de tener éxito en sus labores diarias. En la vida social, ya que todas las personas son diferentes y se tienen que tratar diferente.
La gestión efectiva de cambio y transición es un ingrediente esencial en el crecimiento personal, interpersonal y profesional. La CDC puede ser de gran ayuda o un obstáculo, pues cuando funciona correctamente, somos más capaces de continuar con las circunstancias del día a día. Cuando se deteriora o hiperactiva, la flexibilidad cognitiva se ve disminuida.
Algunos de los problemas cuando la CDC trabaja en exceso:
- Preocupación
- Aferrarse a los duelos del pasado
- Quedarse atrapado en los pensamientos (obsesiones)
- Quedarse atascado en los comportamientos (compulsiones)
- Conductas de oposición
- Argumentaciones constantes
- Falta de cooperación
- Conductas adictivas
- Dolor crónico
- Inflexibilidad cognitiva
- Desorden obsesivo compulsivo
- Enojo constante
6 propuestas para activar el CDC y dejar de preocuparse.
Intervención nutricional
Como dijimos, los bajos niveles de serotonina es uno de los principales problemas del CDC, para aumentarla, es necesario ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como papa, garbanzo, salvado, germen de trigo, cebada, cebada de maíz, harina de maíz y harina de avena,
ya que éstos aumentan los niveles de insulina y permiten que más triptófano (el aminoácido natural que construye a la serotonina) entre en el cerebro, donde se convierte en serotonina. La serotonina tiene un efecto calmante y tranquiliza.
Ejercicio
El ejercicio es una manera útil para calmar las preocupaciones y aumentar la flexibilidad cognitiva, ya que al ejercitarnos se elevan los niveles cerebrales de L-triptófano. Además, el ejercicio aumenta los niveles de energía y puede distraer la atención de los malos pensamientos que tienden a dar vueltas en la mente.
Conciencia de pensamientos
Cada vez que sentimos que un pensamiento nos persigue y da vueltas y vueltas o está atascado en la cabeza, sugiero pensar en un semáforo en rojo, detenernos y hacer el pensamiento consiente, éste es mi CDC atascado.
Distracción y regreso
Cuando ya reconocimos que estamos atascados en un pensamiento, es necesario identificarlo y hacer algo diferente para distraernos. Cuando logramos hacer eso, empezamos a tener el control de nuestros pensamientos y no al revés.
Pensar en las respuestas antes de decir que No
Como lo dijimos antes, muchas personas con CDC tienden a decir que no automáticamente. Antes de contestar negativamente a cualquier pregunta o petición, es necesario tomar un respiro de dos segundos, tardar 5 segundos más en exhalar y pensar si la respuesta NO es la mejor opción.
Cuando estemos atascados, escribir pros y contras
Anotar opciones de salida a un pensamiento redundante ayuda para sacarlo de la cabeza. Al ver un pensamiento sobre papel, hace más fácil tratar con él de una manera racional. Cuando los pensamientos repetitivos interfieren con el sueño, mantener un lápiz y papel cerca de la cama para escribirlos es una buena opción. Después de escribir un pensamiento que ha “quedado atascado,” generar una lista de cosas que se pueden hacer al respecto y cosas que no pueden hacer, ayuda a resolver situaciones.